La mayoría de empresarios y directivos que conozco quieren crecer cada año. Podríamos afirmar, sin miedo a equivocarnos, que la gran mayoría de las pequeñas y medianas empresas están diseñadas para vender sus productos y servicios; una y otra vez, en un bucle casi infinito.

¿Significa esto que CEO´S y directivos sólo gestionan sus empresas con el único objetivo de aumentar los ingresos? Sí y no.

Este es el profundo dilema al que nos enfrentamos los gestores cada año. Una encrucijada que se acelera de manera exponencial en un entorno cada vez más ágil, veloz y tecnológico. Y que puede tener como consecuencia definitiva el cierre de la empresa. Morir con las mejores cifras de ventas de la historia. ¿Podemos preverlo? Debemos hacerlo.

Es nuestra responsabilidad saber afrontar la gestión de este crecimiento, de manera organizada y profesional, para el bien de la compañía y de los stakeholders. El principal problema radica en que, a priori, parece una tarea fácil, pero no lo es. Y no lo es por dos motivos principales.

El primero que no es fácil de diagnosticar. El día a día nos consume y no somos capaces de dar un paso fuera del ecosistema de la empresa para entender dónde estamos, dónde queremos ir y cómo lo vamos a hacer. Hace falta ayuda externa, de confianza. Así lo hemos constatado en la mayoría de los casos en los que hemos participado.

El segundo motivo es porque su solución va a depender de la actuación rápida sobre multitud de factores que afectan a nuestra toma de decisiones diaria. Y esto es un sobre esfuerzo en recursos económicos y humanos. Atacar factores intrínsecamente relacionados con el nivel de maduración del negocio y la cadena de valor. Hablamos desde cambios en el equipo, a la mejora de la cartera de clientes (clusterización inteligente), pasando por partners estratégicos alineados con la nueva propuesta de valor, y por supuesto, el cambio en la visión del líder (y posteriormente de todo el equipo humano) en el medio y largo plazo.

En estos procesos organizados de gestión del crecimiento, la figura del líder de la organización es fundamental para acometer el proceso con garantías de éxito. Los líderes deben ser los motivadores de cambio y la palanca que zarandee y cuestione toda la organización en el momento actual. Esto va a conllevar la aplicación de cambios profundos e importantes en múltiples áreas (incluso la creación de nuevas áreas).

Es por ello que este proceso no afecta solamente a la profesionalización en la gestión de la compañía (mejoras a nivel procesos, financieros, de personas, de servicios y productos…), sino que va mucho más allá, se trata de profundo cambio cultural que afectará a los propios valores y atributos diferenciales de la marca. Estamos obligados a repensar la visión y misión, para hacer una actualización de toda la propuesta de valor, alineada con los nuevos objetivos del plan estratégico de la compañía de los próximos dos años.

Este proceso tiene la particularidad de que se personaliza a cada modelo de negocio; porque no es lo mismo una marca de servicios B2B, que facturó 1 millón de euros el año pasado, con 38 empleados, un beneficio neto del 5% y un objetivo para el próximo año de crecimiento del 40%. Que una empresa de producto B2C con 14 empleados, un beneficio neto del 15% y con un objetivo para el próximo año de crecimiento del 10%. ¿Verdad?

¿Cuál de los dos modelos es el más eficiente? ¿Cuál es más rentable? ¿Dónde invertirías? ¿Cual sería un reto a nivel dirección? ¿Cuál de ellos va a crecer de manera exponencial los próximos diez años? ¿Sobrevivirán ambos?

En torno a este gran dilema vamos a reflexionar periódicamente en esta columna de opinión; tocando los temas centrales que están en las agendas de todos los CEO´s y directivos de España, que se enfrentan diariamente a este camino de crecimiento constante: tecnología, inteligencia artificial, personas y liderazgo, cultura y clima, automatizaciones y procesos, inteligencia de negocio, planes estratégicos, objetivos y Kpis, matrices y metodologías, nuevos consumidores y tipología de clientes…

Un reto al que se enfrentan continuamente personas que deciden dar un paso hacia adelante, apostando por un modelo de negocio rentable, sostenible y duradero.