Una mujer en situación de sinhogarismo se protege del sol bajo una sombrilla.

Una mujer en situación de sinhogarismo se protege del sol bajo una sombrilla. Guglielmo Mangiapane Reuters

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Calor inhumano: el verano más terrible de las mujeres sin hogar

Sobrellevar los efectos de los fenómenos meteorológicos extremos supone un desafío para las personas en situación de calle, pero no son los únicos.

10 agosto, 2023 01:48

''Para mí, tener una casa significa estar fuera de peligro. Es un sitio inaccesible. Mejor que dormir en un cartón, debajo del cielo o en un techaillo, donde te pueden meter fuego, te pueden... asesinar'', cuenta Bárbara (54 años), en situación de sinhogarismo desde los 19. ''Llegué a vivir en la calle porque fui una niña maltratada'', relata. 

[Casi 30.000 personas sin techo en España: Hogar Sí denuncia los "alarmantes" datos del sinhogarismo] 

Como ella, más de 28.500 personas se encuentra en situación de calle involuntaria en España, acorde a los datos arrojados por la Encuesta a las Personas sin Hogar del Instituto Nacional de Estadística (INE) de 2022. Esta cifra, según Hogar Sí, podría elevarse hasta un 30%, pues no contabiliza a quienes viven en la calle de forma permanente, sino solo a los que acuden a los centros de atención establecidos. 

El desglose de este número señala que, del total, 7.277 personas se encontraban en situación de calle, 11.498 en albergues y centros de acogida y 9.778 en pisos y pensiones para personas sin hogar. Además, el 76,7% eran hombres, frente al 23,3% de mujeres. Este último dato se ha elevado 3,6 puntos porcentuales desde el año 2012. 

Existen algunas aproximaciones sobre por qué el porcentaje de hombres es exponencialmente superior. ''Debido a los roles de masculinidad tradicional, ellos encuentran mayores dificultades para pedir ayuda a su entorno social y familiar, o a los servicios sociales'', señala Maribel Ramos, subdirectora de Hogar Sí. 

''Desde una perspectiva global, nosotras, a priori, tenemos una red de apoyo más sólida y nos cuesta menos pedir ayuda. El miedo a las violencias que sufrimos, también nos hace buscar otras alternativas que eviten la situación de calle, porque este es un espacio de altísima vulnerabilidad'', continúa. 

El 23,3% de las personas sin hogar son mujeres.

INE

También existe lo que Ramos denomina sinhogarismo oculto, ya que muchas mujeres se encuentran ejerciendo empleos domésticos o de cuidados como internas, en redes de prostitución donde les ofrecen alojamiento, pernoctando de forma itinerante en viviendas de familiares o amigos, viviendo en el coche o manteniendo vínculos no deseados como sistema de protección.  

Riesgos e impactos 

Muchas son las circunstancias que llevan a una mujer a una situación de sinhogarismo, como ser víctima de violencia de género, perder un empleo, un desahucio, o encontrarse en un proceso migratorio. Muchos también son los riesgos e impactos que sufren cuando no cuentan con el acceso a una vivienda que garantice unos mínimos de seguridad, protección, salud e higiene. 

Se calcula que alrededor de un 50% de las personas que están en situación de calle ha sufrido algún tipo de delito. En el caso de las mujeres, un 19% constata que, entre los delitos de los que han sido víctimas, alguno ha tenido carácter sexual. Pero no solo los delitos de odio en las calles dejan indefensas a las mujeres. 

Ellas también se encuentran desprotegidas haciendo uso de los servicios facilitados por las administraciones. En numerosas ocasiones, estos espacios y recursos no han sido diseñados bajo un enfoque de género, ya que no se encuentran debidamente habilitados para satisfacer sus necesidades básicas. A esto, debe sumarse el hecho de que incluso llegan a ser violentadas física y/o verbalmente por sus compañeros en entornos mixtos. 

Para Maribel Ramos, es importante que desde las instituciones se considere la aplicación de modelos de acompañamiento social que estén centrados en las personas, y no en las organizaciones. ''Esto permite que el trabajo con hombres y mujeres, especialmente con estas últimas, esté mucho más adaptado a sus circunstancias''. 

Pero no solo existen necesidades propias al género. También deben valorarse aquellas relativas a la edad, a una situación de discapacidad o enfermedad, así como al origen, pues no es lo mismo ser una mujer blanca que una racializada en una situación de calle. ''Existen numerosas variables que influyen. Urge, además, aplicar una perspectiva interseccional para afrontar los distintos factores y situaciones de discriminación'', explica Ramos. 

Las mujeres sin hogar también deben hacer frente a diversos problemas de salud mental, que son causa y consecuencia de las propias circunstancias vitales, y que suponen un desafío para los servicios sociales. En este sentido, se estima que un 60% de las personas en situación de sinhogarismo tiene algún tipo de sintomatología depresiva, y un 30% de ellas la presenta en un grado moderado o grave.

El otro enemigo

En lo que va de verano, en España ya se han registrado tres olas de calor. La primera tuvo lugar sobre el 23 de junio, y en ella los termómetros llegaron a alcanzar los 45°C en ciudades como Sevilla o Córdoba. Además, también se produjo la entrada de una masa de aire procedente del norte de África, un fenómeno meteorológico cada vez más habitual durante estas fechas. 

Para avisar a la población de los posibles riesgos y consecuencias, desde la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) se activa un sistema de alerta por colores a causa de las altas temperaturas y con los siguientes indicadores: verde, sin riesgo; amarillo, riesgo; naranja, riesgo importante; y rojo cuando existe un riesgo extremo.

Al igual que ocurre durante el invierno, a lo largo de la época estival también se ponen en marcha protocolos especiales por parte de los servicios sociales, que ayudan a mitigar los estragos de las elevadas temperaturas, para la población en general, y para los colectivos vulnerables en particular, como pueden ser la deshidratación, los golpes de calor, las quemaduras o la insolación. 

Entre las medidas que se reflejan en el protocolo frente a las olas de calor del Ministerio de Asuntos Sociales y la Agenda 2030, se encuentran: evitar las expulsiones de los espacios públicos, especialmente de aquellas personas que se estén refugiando de situaciones de calor, o incrementar la provisión de alimentos y bebidas que favorezcan la hidratación de las personas que decidan permanecer en calle. 

Pese a estas, las mujeres sin hogar deben buscar sus propias soluciones que les ayuden a aliviar los efectos adversos del calor sofocante. Para ello, sus grandes aliadas son las sombras y los parques. Sin embargo, la higiene íntima, ya de por sí un reto, se convierte en una auténtica odisea. Ante esto, es habitual que sufran en mayor medida infecciones, irritaciones o erupciones en la zona durante esta época del año.

Desde Hogar Sí sostienen que la población no debe entender ''el sinhogarismo como un fenómeno meteorológico'', pues cada etapa del año presenta sus dificultades. ''Las administraciones públicas determinan los protocolos con base en los grados de temperatura. Un grado arriba, un grado abajo, y cambian las medidas. Es un modelo que responde a la emergencia, pero no a las necesidades de fondo''.

Las alternativas

Según el INE, el 86% de las mujeres afirman que, para salir de una situación de calle, lo que necesitan es un hogar. ''Eso lo es todo. Es alegría, es protección, es familia... Es abrir los ojos por las mañana, mirar para arriba y decir: tengo un techo. Es lo mejor'', afirma Vicky (46 años).

El 19% de las mujeres afirman haber sido víctimas de violencia sexual.

INE

''Para nosotros lo importante es trabajar basándonos en enfoques que prioricen la vivienda, más allá de un modelo de atención tradicional como el actual'', explica Ramos. En este sentido, también es importante poner el foco en la empleabilidad para una completa inserción social, además facilitar el acceso a prestaciones y eliminar las trabas burocráticas que dificulten todo lo anterior.

Ante la preocupación por el aumento de personas en situación de calle, especialmente del número de mujeres, España ha aprobado recientemente la Estrategia Nacional para la lucha contra el sinhogarismo 2023-2030. Esta se centra en dos objetivos principales: erradicar el sinhogarismo de calle y prevenirlo.

Una ambiciosa estrategia que se implementará durante siete años, y que se enmarca dentro de la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), y del resto de trabajo que se está realizando en el ámbito internacional para la reducción de las desigualdades, la exclusión social y la lucha contra la pobreza, en particular de las mujeres y las niñas.