La directora de Acompartir Leticia López-Cotelo: "Hemos donado 26 millones de productos y 45 millones de euros en material"

Con tan solo 15 años, Leticia López-Cotelo ya daba sus primeros pasos en el tercer sector. Estudió en el colegio El Recuerdo, de la capital madrileña, donde como requisito al cursar primero de bachillerato, tuvo que realizar un voluntariado. Se inició en este mundillo brindando apoyo a niños en situación de exclusión social, lo que, sin lugar a dudas, sembró una semilla en su corazón. 

Más adelante, se decantó a estudiar Empresariales Internacionales, cursando los dos primeros años en España y los dos siguientes en el extranjero. Realizó prácticas en el departamento financiero y de marketing en una empresa en París. Sin embargo, en aquel tiempo, no cesó su implicación con los más necesitados. 

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Durante los veranos, alrededor del 2009, se dedicó en cuerpo y alma a una ONG en Perú, aumentando sus ganas por adentrarse en este sector, a veces, tan olvidado. Leticia tenía claro que su día a día estaría enfocado a este ámbito, pero todavía no sabía como hacer de esto un estilo de vida. 

Tras años de dudas sobre cómo iniciar este proyecto, ¿qué te inspira para crear Acompartir?

Estuve trabajando en el departamento de comunicación y marketing en una empresa tecnológica y allí había muchas cosas de merchandising con un logo que ya había cambiado y no lo podían entregar a clientes. En aquel momento, yo hacía un voluntariado en comedores sociales y conocía a personas que les venía superbién y así nos fuimos conociendo.

Las empresas, todas fabricantes y distribuidores, tienen productos que los llamamos los invendidos, que son los excedentes, fin de stocks, devoluciones, todo lo que las empresas no consiguen vender, pero que está en perfecto estado. 

Y a la vez, estaban todas estas personas que conocía, que los necesitaban y fue ahí donde hicimos match. Me di cuenta investigando que en otros países ya existían bancos de productos no alimentarios y ahí es cuando decidimos crear Acompartir.

Leticia López-Cotelo en un momento de la entrevista. Esteban Palazuelos

En la puesta en marcha, ¿cómo fueron los primeros pasos?

Lo primero que hicimos fue ver si existía un banco de productos no alimentarios en España. Vimos que en España no había y fuimos a hablar con Cáritas y el Banco de Alimentos de Madrid. Entonces, los franceses nos invitaron a ir, ver cómo lo tenían montado y dijimos "pues no reinventemos la rueda, vamos a hacer la misma estructura" y volvimos a España.

Primero vimos si asociación o fundación. Al final, hicimos una fundación que, después de 11 años, estamos convencidos de que ha sido el modelo. Y lo montamos cuatro personas, porque para ser fundación necesitas ser mínimo tres personas.

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Y... ¿Cómo es vuestro proceso de funcionamiento?

Nos donan empresas y distribuimos los productos a organizaciones sociales. Las organizaciones sociales que tenemos son todo tipo, básicamente pequeñas y medianas, que atienden a todo tipo de colectivos: mujeres maltratadas, víctimas de violencia, solteras con hijos, hombres, personas sin hogar, discapacitados, con enfermedades, drogodependientes, familias vulnerables...

Tratamos con organizaciones sociales, desde comedores sociales a muchas ONG, con pisos de acogida y con Cáritas. No solo va a organizaciones para que lo distribuyan, muchas organizaciones también se llevan estos productos para sus proyectos.

Por ejemplo, ahora, que llega el verano y algunas tienen campamentos para niños, se llevan productos solares, toallas o juegos de agua. Al final, si tú piensas en productos no alimentarios, es cualquier cosa que no es un alimento.

Leticia López-Cotelo a la entrada de su oficina de Acompartir en la Iglesia de los Jerónimos, Madrid. Esteban Palazuelos

Creciendo, en todo momento

Desde que se fundó hace 11 años, en 2013, no han dejado de crecer. Ese mismo año ya obtuvieron su primera donación. Nada más y nada menos que 700 palés. Una acción que, sin lugar a dudas, no hizo otra cosa sino afirmar lo necesario que era crear una fundación como Acompartir. 

¿Has notado algún cambio exponencial en el volumen de donantes?

El COVID nos hizo la campaña de sensibilización. Hasta la fecha todos estábamos pendientes de los alimentos, pero con el COVID todos nos hemos hecho más conscientes de la importancia de la higiene y la limpieza.

Fue un gran boom, porque tanto donantes como las organizaciones sociales se dieron cuenta de que había que repartir. Recibimos de todo y también buscamos de todo, pero es lo más necesario, lo más básico y lo que todos necesitamos en esta vida. Las empresas también empezaron a donar más.

Acompartir, banco de productos. Esteban Palazuelos

¿Ha habido otros acontecimientos que hayan aumentado las donaciones?

De cara a las empresas, otra ayuda que ha habido es que con la Ley de Residuos, se suprimió el IVA de las donaciones porque, hasta la fecha, si las empresas donaban tenían que soportar el IVA, pero sí destruían, no.

También ayuda que el mundo ahora habla mucho de sostenibilidad y las empresas cada vez se preocupan más por no destruir, por canalizarlos sin vendidos. Utilizan outlets, reducir precios, algunas los exportan y luego otras los donan.

Lo que nosotros sí pedimos mucho a las empresas es que los donen, porque encima tienen una desgravación fiscal de hasta el 50%. En España, hay 12 millones de personas en exclusión social y no te das cuenta de la importancia que puede tener un producto en una persona.

Leticia López-Cotelo momentos antes de la entrevista. Esteban Palazuelos

Hablando de cifras... ¿Cuántas donaciones habéis recibido y cuántos productos habéis distribuido?

Son más de 26 millones de productos y más de 45 millones de euros en productos. O sea que si lo piensas, es el dinero que se ha ahorrado a las organizaciones y a millones de personas. Hemos llegado a más de 2 millones de personas. Ahora mismo tenemos casi 600 organizaciones sociales inscritas y 207 empresas donantes.

Los productos de 'segunda' esenciales

Si bien es cierto que tenemos por asimilado que los productos de primera necesidad son aquellos como los destinados a la higiene y la limpieza, existen muchos otros que, aun siendo 'de segunda', se pueden convertir en imprescindibles. 

"Una de mis hijas ha empezado a patinar. Necesitaba un refuerzo de la autoestima y con los patines ha pegado un subidón que ahora es otra. Hasta en el colegio ha cambiado, y yo creo que es todo a raíz de los patines, que se siente como 'yo puedo'. Unos patines no es un producto de primera necesidad, pero pueden subir la autoestima de una persona", confiesa Leticia. 

Leticia López-Cotelo en un momento durante la entrevista. Esteban Palazuelos

De forma similar, ocurre con el maquillaje. Es verdad que no es un producto de primera necesidad sin el que no puedas vivir. Sin embargo, es un empujón de autoestima para muchas mujeres, especialmente, para aquellas que han vivido en situación de vulnerabilidad y donde, durante muchos años, no les han dejado ni siquiera pintarse los labios. 

"Todos los productos tienen detrás una historia. Y para las empresas y los empleados, saber que lo que ellos están donando está cambiando vidas, me parece que no hay cosa más bonita", cuenta la directora y fundadora de Acompartir. 

¿Echáis en falta donaciones de algún producto en especial?

Lo recibimos y distribuimos principalmente es higiene y limpieza, porque es lo que más buscamos, lo que estamos todo el día pidiendo a las empresas. Pero, dentro de esos productos, siempre decimos que falta que donen detergente de ropa y pañales infantiles.

Nos lo piden un montón las organizaciones sociales y si hubiera alguna empresa que quiere compartir, es que ya es compartir, parte de sus stocks, sería maravilloso. Los pañales, el detergente, el jabón de manos, gel, pasta de dientes... Lo que tú necesitas para salir de casa, estar limpio y sentirte bien.

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En la sociedad muchas veces existe gran incertidumbre sobre si los productos donados llegan realmente a donde se necesitan. ¿Qué estrategias utilizáis para aseguraros de que van al destino correcto?

Las organizaciones sociales para estar inscritas en Acompartir tienen que rellenar una ficha, enviar los estatutos, memoria, es decir, pasan un filtro. Hablamos con ellos, porque lo principal es que estos productos no acaben en mercadillos, rastrillos, ni sean comercializados de ningún modo.

Cuando nos llegan los productos al almacén, lo subimos a la web, avisamos a todas a la vez y ya cada una en función de sus necesidades. Porque no es lo mismo cuando recibimos juguetes o cuando recibimos electrodomésticos. Cada uno, en función de sus necesidades, hace el pedido. Luego, cada vez que se llevan los productos nos tienen que decir para cuántas personas es y también en algunos ponemos límite.

Imagen del almacén de Acompartir en Illescas, Toledo. Cedida

¿Cómo pueden participar los particulares?

En Acompartir tenemos un apartado que es 'dona' y es donar a las organizaciones sociales para que se lleven nuestros productos.

Todo un camino recorrido

En estos 11 años de labor social, ¿cuál ha sido tu mayor desafío?

Ha sido montar una organización desde cero y, sobre todo, una fundación que requiere muchísimo papeleo. Me encantaría que hubiera sido otro tipo de organización, pero tenía que ser una fundación.

Montarlo y que salga adelante es un desafío, porque los primeros años no tenemos subvenciones, el Estado no te ayuda porque necesitas llevar tres años. Al principio no era conocido, yo también era muy joven y ver a una chica joven que monta algo que detrás no hay nadie, pues es un poco lo difícil, pero al final es mucha perseverancia, creer en lo que haces y no desviarte del camino.

Leticia López-Cotelo, directora y fundadora de Acompartir, banco de productos. Esteban Palazuelos

¿Y tu mayor satisfacción?

Que sigamos existiendo es la mayor satisfacción, que vayamos creciendo y, sobre todo, ver que Acompartir sirve para algo. Desde las organizaciones nos escriben, nos mandan fotos, nos llaman, nos cuentan historias de qué bien les ha venido esto, lo otro...

Porque tú muchas veces estás en la oficina y no lo ves. Es lo bonito de compartir, ir a las organizaciones, ver sus proyectos, conocerles y también es muy bonito que una empresa se abra a donar, eso es lo más generoso que puede hacer. Pero la satisfacción de ver que Acompartir sirve, y que hay muchísima gente que está encantada con ello, hace que sigamos adelante mientas sea así.

Leticia López-Cotelo, en un momento durante la entrevista. Esteban Palazuelos

¿Alguna petición a futuro para Acompartir?

Que las empresas compartan de sus stocks, que no estemos hablando solo de los invendidos, porque también irán yendo a menos, por lo menos si todos lo hacemos bien, y si las empresas empiezan a controlar mejor su producción. Pero los pobres siguen ahí y que las empresas decidan que parte de sus stocks van a a personas necesitadas, eso sería lo mejor, lo más bonito de todo.