Fotograma de la película 'Australia'.

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Estilo de vida

Así es el hábito diario con el que se consigue felicidad y autoestima: la ciencia explica cómo hacerlo

Los científicos están de acuerdo en que es posible mejorar nuestro día a día y alcanzar una mayor felicidad realizando pequeños cambios.

23 octubre, 2023 02:41

La búsqueda de la felicidad ocupa el 90% de nuestro pensamiento diario, según decía el popular divulgador científico Eduardo Punset, que dedico parte de su vida a estudiar al ser humano, asi como a ahondar en su comportamiento y en sus emociones.

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Ahora, la ciencia trata de dilucidar cómo conseguir la felicidad aportando datos nuevos y análisis. Gracias a esto sabemos que los sentimientos de satisfacción y la sensación de bienestar, dependen de factores internos y externos a nosotros, y que uno de los internos es la química de nuestro cerebro, afectada por determinados neurotransmisores.

Para facilitarnos la vida, a los neurotransmisores se les conoce como las 'hormonas de la felicidad', que se liberan al sistema nervioso cuando sentimos placer o alegría. Estas son las que ya conocemos como serotonina, dopamina, endorfinas y oxitocina.

Nuevo estilo de vida

Todos los científicos coinciden en que introduciendo pequeños cambios en nuestras vidas podemos ayudar a nuestro cuerpo a producir una mayor cantidad de hormonas de la felicidad.

Y entre todos estos diminutos cambios, hay un hábito muy sencillo, avalado por los estudios, que podemos introducir fácilmente en nuestra vida diaria.

Diversos análisis han demostrado que este hábito al que nos referimos, que promueve el contacto físico y es fundamental para alimentar el apego, tiene beneficios tanto en lo físico, como en lo mental.

Se ha conseguido demostrar que el contacto físico, a través de caricias, abrazos, masajes y gestos son tan necesarios para el ser humano como lo puede ser comer.

Por ejemplo, se sabe que, tras el parto, el contacto del bebé con la piel de la madre, no solo aumenta la supervivencia de los prematuros, sino que mejora las habilidades cognitivas y ejecutivas de los recién nacidos.

Si ese contacto se mantiene durante los primeros años de la infancia en forma de besos, abrazos y calidez, la salud mental, la autoestima y la autonomía del niño se fortalecen.

Historia del vínculo afectivo

En 1958 fueron el psicólogo Harry Harlow y el psicoanalista John Bowlby, quienes desarrollaron la Teoría del Apego, tras estudiar el comportamiento de los niños que se quedaron huérfanos tras la Segunda Guerra Mundial.

Anteriormente, Harlow ya había realizado un experimento con monos que le llevó a la base de esta teoría. Introdujo unos pequeños monos en un jaula que vivían con dos madres: una de alambre que llevaba un biberón y otra que no alimentaba pero que estaba hecha de una tela muy suave al tacto.

Los monos se acercaban a una y a otra según necesitaran comer y dormir. En un momento decidieron meter en la jaula un oso mecánico que hacía un ruido infernal tocando un tambor y los monos buscaron refugio en la madre de tela, despreciando a la que tenía la comida.

Por lo que los investigadores concluyeron que existe una pulsión primaria basada en el contacto.

Beneficios del abrazo

Son varios los estudios que recomiendan que incluyamos los abrazos en nuestro día a día como medida para hacernos sentir más felices, ya que se mejora el estado de ánimo, disminuye el estrés, fortalece el sistema inmunitario e incluso puede llegar a alargar la vida.

Entre las hormonas que se liberan cuando nos abrazamos destaca la oxitocina, también denominada 'del amor', ya que favorece los vínculos entre los seres humanos y animales, y desempeña un papel esencial en la sensualidad, la afectividad y la sexualidad.

Además de los abrazos, también se aumenta la oxitocina con masajes, mimos, contacto con el agua y las risas, por ejemplo.

Otras hormonas que se estimula durante el abrazo son las endorfinas, relacionadas con el buen humor y a las que se les atribuye propiedades analgésicas; así como también la serotonina, que es capaz de mejorar nuestra capacidad para soportar la tensión diaria y es esencial para fabricar la melatonina encargada del sueño.

Cómo se debe abrazar

Ni que decir tiene que hay diferentes formas de abrazarse, ya que no es lo mismo una relación romántica que en una relación de trabajo o simplemente abrazar a alguien al que se intenta consolar en un mal momento.

Un estudio de las Universidades de Londres y de Bristol publicado en la revista Acta Phychologica concluyó cómo debería ser ese abrazo para que se incrementen sus efectos.

Los investigadores concluyeron que los abrazos que crean mayor bienestar son aquellos que se realizan cruzando los brazos alrededor del otro, ejerciendo una presión media y con una duración aproximada de entre 10 y 15 segundos.